Activa y pasiva en una relación: ¿Qué es?

¿Alguna vez has sentido que en tu relación te toca cargar con todo el peso? ¿O, por el contrario, te sientes como un pasajero observando cómo tu pareja maneja la vida en común? Estas sensaciones podrían indicar un desequilibrio entre la participación activa y pasiva en la dinámica de pareja. No se trata de quién hace más o menos, sino de cómo se distribuye la responsabilidad, la toma de decisiones y la inversión emocional. Este artículo explorará qué significa ser activo o pasivo en una relación, los riesgos de un desequilibrio y cómo encontrar un punto medio saludable y satisfactorio para ambos.

Entendiendo los Roles Activo y Pasivo

Antes de entrar en detalles, es importante aclarar que «activo» y «pasivo» no son etiquetas morales. Nadie es inherentemente «bueno» o «malo» por ser más activo o pasivo. Se trata de roles que pueden variar dependiendo del contexto y que, en un equilibrio adecuado, contribuyen a una relación sana. Imaginemos una pareja que está planeando unas vacaciones. Una persona podría tomar la iniciativa de buscar vuelos, hoteles y actividades (rol activo), mientras que la otra podría ofrecer su opinión y preferencias (rol pasivo en esta fase). Sin embargo, en otras áreas, como la gestión de las finanzas o la crianza de los hijos, los roles podrían invertirse. La clave reside en la flexibilidad y la colaboración mutua.

¿Qué significa ser activo en una relación?

Ser activo en una relación no implica ser el que siempre «manda» o el que toma todas las decisiones. Se trata de participar proactivamente, de mostrar iniciativa, de expresar tus necesidades y deseos abiertamente, de contribuir a la resolución de problemas y de tomar la responsabilidad de tus acciones. Es como ser el capitán de un barco, guiando el rumbo con la ayuda de la tripulación (tu pareja). Un socio activo se comunica abiertamente, escucha activamente, y busca soluciones en lugar de solo señalar problemas. Es alguien que se involucra en la vida de su pareja, mostrando interés y apoyo en sus proyectos y metas.

Señales de un rol activo saludable:

  • Iniciativa en la planificación de actividades y momentos juntos.
  • Comunicación abierta y honesta sobre tus sentimientos y necesidades.
  • Participación activa en la resolución de conflictos.
  • Apoyo incondicional a los sueños y proyectos de tu pareja.
  • Toma de responsabilidades en la vida en común.

¿Qué significa ser pasivo en una relación?

Ser pasivo no implica necesariamente falta de interés o amor. A veces, la pasividad es una respuesta a la inseguridad, la falta de asertividad o la necesidad de evitar conflictos. Un socio pasivo puede evitar expresar sus opiniones o necesidades, dejar que su pareja tome todas las decisiones, y mostrar poca iniciativa en la planificación de actividades o en la resolución de problemas. Es como un pasajero en el barco, dejando que el capitán (su pareja) maneje todo sin participar activamente en la navegación. Esto no es intrínsecamente malo, pero en exceso puede generar frustración y resentimiento en ambos lados.

Señales de un rol pasivo que podría ser problemático:

  • Evitar expresar tus opiniones o necesidades.
  • Dejar que tu pareja tome todas las decisiones sin aportar tu perspectiva.
  • Falta de iniciativa en la planificación de actividades o en la resolución de problemas.
  • Dificultad para comunicar tus sentimientos.
  • Aceptación pasiva de situaciones insatisfactorias.

El Desequilibrio: ¿Cuándo es un problema?

El problema surge cuando el desequilibrio entre la actividad y la pasividad se vuelve crónico y unilateral. Si una persona siempre está cargando con el peso de la relación, mientras la otra permanece pasiva, se creará un resentimiento que puede minar la base de la relación. Es como una pareja de baile donde uno lleva todo el peso y el otro solo se deja llevar, sin reciprocidad. Esto puede llevar a la frustración, el agotamiento, y eventualmente, a la ruptura de la relación. La clave está en la reciprocidad y la colaboración. Una relación saludable necesita la participación activa de ambos miembros, aunque la intensidad de esa participación pueda variar según el contexto.

Encontrando el Equilibrio: Claves para una Relación Saludable

La meta no es que ambos sean igualmente activos en todo momento, sino que exista una reciprocidad y una distribución equitativa de responsabilidades y esfuerzos a lo largo del tiempo. Es como un juego de ping-pong: se necesita la participación activa de ambos jugadores para que el juego sea fluido y entretenido. Para encontrar este equilibrio, es fundamental la comunicación abierta y honesta. Hablar sobre las expectativas, las necesidades y las contribuciones de cada uno es crucial para identificar posibles desequilibrios y trabajar juntos para encontrar soluciones. La empatía y la comprensión son también esenciales para comprender la perspectiva de la pareja y poder colaborar eficazmente.

¿Cómo puedo saber si mi relación está desequilibrada?

Presta atención a tus propias sensaciones. ¿Te sientes constantemente agotado/a por llevar el peso de la relación? ¿Te sientes frustrado/a porque tu pareja no participa lo suficiente? ¿Te sientes solo/a en la toma de decisiones? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, es probable que exista un desequilibrio. También puedes observar el comportamiento de tu pareja: ¿Evita responsabilidades? ¿Es reacio/a a expresar sus necesidades o opiniones? Si observas estas señales, es importante hablar con tu pareja abiertamente y con calma, buscando una solución juntos.

Consejos para una Relación más Equilibrada

  • Comunicación abierta y honesta: Habla con tu pareja sobre tus sentimientos y preocupaciones.
  • Establecimiento de límites saludables: Define tus límites personales y comunícalos a tu pareja.
  • Distribución equitativa de tareas: Planifiquen juntos la distribución de tareas domésticas y responsabilidades.
  • Toma de decisiones conjuntas: Involúcrate en la toma de decisiones importantes en la relación.
  • Apoyo mutuo: Ofrece apoyo a tu pareja en sus proyectos y metas.
  • Tiempo de calidad: Dedica tiempo de calidad juntos, sin distracciones.
  • Terapia de pareja (si es necesario): Si no pueden resolver el desequilibrio por sí mismos, busquen ayuda profesional.

¿Es normal tener momentos de mayor actividad o pasividad en la relación?

Sí, es totalmente normal. La vida tiene altibajos, y en diferentes etapas de la relación, uno de los miembros puede necesitar más apoyo o asumir un rol más activo. El problema surge cuando este desequilibrio se convierte en algo constante y unilateral.

¿Cómo puedo ayudar a mi pareja a ser más activo/a en la relación?

No puedes «obligar» a tu pareja a ser más activa. Lo que sí puedes hacer es comunicar tus necesidades y sentimientos de forma clara y asertiva, invitándolo/a a participar más activamente. Escucha sus preocupaciones y trabaja juntos para encontrar soluciones que sean satisfactorias para ambos. Recuerda que la presión o la culpa no son la mejor forma de fomentar la participación.

¿Qué pasa si mi pareja se niega a cambiar?

Si tu pareja se niega a abordar el desequilibrio en la relación, a pesar de tus intentos de comunicación, es importante reflexionar sobre la viabilidad de la relación a largo plazo. Una relación sana requiere la participación y el compromiso de ambos miembros. Considera la posibilidad de buscar ayuda profesional, ya sea terapia de pareja o terapia individual, para explorar tus opciones y tomar decisiones informadas.

¿Es posible cambiar el patrón activo/pasivo en una relación a largo plazo?

Sí, es posible, pero requiere esfuerzo, compromiso y comunicación por parte de ambos. El cambio no ocurre de la noche a la mañana, sino que es un proceso gradual que requiere paciencia y perseverancia. La terapia de pareja puede ser una herramienta invaluable para facilitar este proceso.